Prevención y protección de la salud de la clase trabajadora frente a los nuevos retos digitales y psicosociales
28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2025
Fecha: 29 Abr 2025

28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2025
Prevención y protección de la salud de la clase trabajadora frente a los nuevos retos digitales y psicosociales
En el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, UGT y CCOO Madrid recordamos a las personas trabajadoras que desarrollando su actividad laboral han sufrido daños en su salud. Queremos reiterar nuestro compromiso con la defensa de la seguridad y salud de las personas trabajadoras, y de entornos seguros y saludables como derecho fundamental y en este día queremos alzar la voz y reclamar medidas urgentes ante las escalofriantes cifras de siniestralidad laboral en la Comunidad de Madrid.
En este año 2025, el lema escogido para el Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el trabajo por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha sido “Revolucionar la salud y la seguridad: el papel de la IA y la digitalización en el trabajo.
De manera muy especial, queremos recordar a las 85 personas trabajadoras fallecidas en la Comunidad de Madrid en 2024, así como a las 512 personas trabajadoras que han sufrido accidentes con consecuencias graves, uniéndonos al dolor de sus familias, amigos, compañeros y allegados. Un total de 89.233 personas trabajadoras han sufrido accidentes de trabajo en Madrid.
Queremos reivindicar los derechos de todas las personas trabajadoras que tienen a preservar la salud exigiendo para ello el cumplimiento de la Ley de Prevención de riesgos laborales.
Por ello, desde CCOO y UGT Madrid reclamamos de manera urgente la actualización de la ley de prevención. Se han producido muchos cambios en nuestros entornos de trabajo que se deben identificar y evaluar al mismo ritmo que nuestro entorno laboral está evolucionando, para evitar accidentes de trabajo, tener una detección precoz de las enfermedades derivadas del trabajo y conseguir visualizar el mayor número de enfermedades.
En la modificación de la normativa preventiva que reclamamos se hace necesario que haya un deber explícito a la prevención de daños a la salud por exposición a factores de riesgo de tipo psicosocial y protección de las personas trabajadoras frente a los mismos, con especial atención a la salud mental. A pesar de la influencia que los riesgos psicosociales tienen en la salud de las personas trabajadoras, se trata de una de las cuestiones a las que se presta menor atención en la prevención de riesgos laborales.
Los riesgos psicosociales deben tener el mismo tratamiento que el resto de los riesgos, debiendo realizarse de manera específica para estos riesgos, la evaluación de riesgos psicosociales, actividades de información, consulta y participación y formación de las personas trabajadoras, tener en cuenta las posibles situaciones de emergencia y de riesgo grave e inminente, la vigilancia específica de la salud, y en general la organización y puesta a disposición de los medios necesarios para proteger la salud de todas las y los trabajadores.
Se hace imprescindible la necesaria actualización del cuadro de enfermedades profesionales español para que sean incluidas, entre otras, las enfermedades mentales vinculadas al trabajo y para dotarlo de la necesaria perspectiva de género.
Los constantes cambios en el mundo laboral, impulsados por la tecnología y las nuevas formas de organización, están generando nuevos riesgos para la salud de los trabajadores y trabajadoras. La digitalización, la automatización, el teletrabajo y la inteligencia artificial, entre otros factores, están introduciendo desafíos que requieren una adaptación de las medidas de prevención tradicionales, y de los que tenemos que estar pendientes de cara a una prevención de los mismos y por tanto una mejora de las condiciones de salud y seguridad en el trabajo.
La digitalización y la IA en los entornos laborales representan, sin duda, avances tecnológicos de gran envergadura, sin embargo, es fundamental reconocer que estos avances también conllevan la exposición a unos riesgos psicosociales que deben ser gestionados de manera efectiva. La automatización de tareas, el teletrabajo y la constante conectividad, impulsados por la digitalización, están generando nuevas formas de estrés, ansiedad y agotamiento entre los trabajadores, que son consecuencias directas de la sobrecarga tecnológica y la presión por adaptarse a nuevos sistemas.
La digitalización puede agravar las desigualdades en el mercado laboral. Los trabajadores mayores, aquellos en áreas con limitado acceso a tecnologías avanzadas y las mujeres, menos representadas en el sector TIC, enfrentan desafíos adicionales. Por eso, es esencial garantizar que la digitalización sea inclusiva y accesible para todos los sectores sociales.
A través de la negociación colectiva, los sindicatos desempeñamos un papel crucial en la creación de un entorno laboral saludable y seguro, asegurando que los avances tecnológicos se implementen de manera equitativa, respetuosa y compatible con el bienestar de los trabajadores.
Es vital que los sindicatos, participemos activamente en la creación de políticas laborales que equilibren el progreso tecnológico con la protección de los derechos humanos, especialmente en lo que respecta a la salud mental y el bienestar psicosocial. La negociación colectiva no solo es una herramienta para mejorar las condiciones laborales, sino también para garantizar que los beneficios de la digitalización no vengan acompañados de un costo social inaceptable.
Desde CCOO y UGT Madrid se hace urgente la creación de un marco regulatorio que proteja a las personas trabajadoras, regulando el uso de la tecnología, promoviendo la formación continua y garantizando el derecho a la desconexión.
Introducir la perspectiva de género en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo es imprescindible, es evidente que el factor de género no ha sido tenido en consideración suficientemente. La perspectiva de género aplicada a la salud laboral debe abordarse desde un enfoque más amplio que conlleva la atención a las diferencias de género en cuanto a la exposición a los riesgos, la prevención de éstos y las diferentes consecuencias que tienen para la salud.
No podemos olvidarnos de los riesgos laborales derivados de fenómenos meteorológicos extremos, y promover el desarrollo de medidas preventivas para paliar los riesgos que suponen para la salud de las personas trabajadoras la crisis climática que estamos sufriendo.
No dejamos de tener presentes a las personas afectadas por el amianto, quienes atraviesan una situación profundamente injusta, ya que aún, y después de más de dos años desde la creación del fondo de compensación destinado a las víctimas de esta sustancia cancerígena, no se ha aprobado el reglamento necesario para que dicho fondo pueda comenzar a operar.
Se han firmado y ejecutado en la Comunidad de Madrid seis planes directores de prevención de riesgos laborales (actualmente estamos en el VII Plan Director), siendo instrumentos muy útiles para reducir la siniestralidad de nuestra comunidad y para fomentar la cultura preventiva. Tenemos que apostar por su continuidad y la reducción de cualquier tipo de accidente o enfermedad derivada del trabajo.
Es importante difundir y dar a conocer la importancia de los sindicatos en la prevención de los riesgos relacionados con el trabajo. La figura del delegado y la delegada de prevención es fundamental para impulsar el cumplimento de la ley en los centros de trabajo, y esto se refleja en el hecho comprobado que donde hay delegados y delegadas de prevención, hay menos siniestralidad. Por ello, queremos seguir manifestando nuestro apoyo, compromiso y reconocimiento a la labor de los delegados y delegadas de prevención, agradeciendo a todos ellos su dedicación para conseguir que los centros de trabajo sean más seguros