URGENCIAS Y EL JUEGO DE LA CONFUSIÓN

URGENCIAS Y EL JUEGO DE LA CONFUSIÓN, LA SANIDAD MADRILEÑA PIERDE

La atención Primaria resuelve 9 de cada de cada 10 problemas de salud de la ciudadanía de nuestro país. La visita a nuestro ambulatorio o centro de salud en la mayoría de los casos basta para resolver nuestras necesidades de atención médica. En Madrid, fuera del horario de atención de estos centros, en caso de urgencia, contábamos con el recurso de acudir a los ahora tan famosos SUAP.

Los SUAP (Servicios de Urgencias de Atención Primaria) funcionaban de 20,30 a 8,30 horas de lunes a viernes y las 24 horas durante los fines de semana, en los mismos centros de salud, cuando estos se encontraban cerrados.

En los SUAP se valoraba cuándo, por la gravedad del problema, había que trasladarse a un hospital o se podía atender directamente allí con sus medios.

Estos Servicios de Urgencias evitaban que el 93% de los casos que atendían acabaran en las urgencias de los hospitales madrileños, pero además y sobre todo permitían salvar vidas, por estar situados muy cerca de nuestra casa y porque una respuesta inmediata supone la diferencia entre la vida o la muerte en muchos casos, como un infarto.

El 2 de marzo de 2020, en plena pandemia, se cerraron los 37 SUAP, derivando temporalmente a sus profesionales a otros recursos por el estado de emergencia.

Dos años después, el 20 de junio pasado, la Comunidad de Madrid convierte ese cierre temporal en definitivo. El consejero de sanidad, Enrique Ruiz Escudero anunció la “reordenación” de las urgencias extrahospitalarias. Con ese eufemismo se refiere a que desaparecen los 37 SUAP y en su lugar, abrirían solo 10 puntos de atención continuada (PAC) que contarán con personal médico y de enfermería y otros 7 solo para cuidados de enfermería programada, sin personal médico y sin atender urgencias.

EL JUEGO DE LOS NÚMEROS

Esto supone cerrar el 75% de las urgencias de atención primaria que existían.

Tanto el consejero de sanidad como la presidenta Ayuso justifican el cierre de las urgencias más cercanas a la ciudadanía con supuestos datos. El primero dice que en 2019 las urgencias extrahospitalarias atendieron a 400.000 madrileños y madrileñas, la segunda argumenta en la Asamblea de Madrid que “en 2019, solo el 0,44 de la atención en los SUAP era para una emergencia. Por tanto, había que reorganizar efectivos”. 

Sin embargo, los datos oficiales del Observatorio de Resultados del Servicio Madrileño de Salud, indican que, en 2019, los pacientes atendidos en centros de urgencias extrahospitalarios fueron 775.389, y no 400.000, Sr. Escudero.

Además, el porcentaje de pacientes atendidos en SUAP que fueron derivados al hospital en 2019 fue un 7,30%. ¿Como es posible entonces, Sra. Ayuso, que solo el 0.44% de los casos fueran una urgencia?

LA GIMKANA DE ACUDIR A URGENCIAS

Pero a falta de los SUAP y de sus 775.000 atenciones de urgencia anuales de cercanía que permitían descongestionar de casos no tan graves las urgencias de los hospitales, la ciudadanía se ve obligada a acudir a las urgencias hospitalarias. Desde hace unas semanas se viene produciendo una saturación cercana al colapso en estas urgencias, que están recibiendo muchos más casos leves, que deberían resolverse en atención primaria.

Conseguir una cita para atención primaria en la comunidad de Madrid cada vez resulta más difícil. Esperar dos semanas para conseguir atención médica, un sistema de gestión de citas diseñado para posponerlas siempre que sea posible y un protocolo de la consejería de Sanidad que, desde el mes pasado, intenta la cuadratura del círculo ofreciendo atención médica en centros de salud sin personal médico.

Cuando resulta imposible lograr una cita en un tiempo razonable, cuando la dolencia persiste o empeora y no existe la posibilidad de acudir a un SUAP en tu barrio, porque se cerraron, o se “reorganizaron”, solo queda llamar al 112 o acudir a las urgencias del hospital más cercano.

Por eso, las urgencias hospitalarias tienen ahora un 70% más de actividad que otros veranos en las mismas fechas y los avisos del Summa se multiplican respecto a semanas previas. Personas esperando 6 horas a ser atendidas, pacientes desesperados y profesionales frustrados por no poder llegar a todo.

MÁS CONFUSIÓN

El pasado jueves, sin embargo, la presidenta de la comunidad de Madrid aseguró que se dará marcha atrás al Plan de “reordenación de urgencias” presentado la semana pasada.  Esto significa llevar la contraria a su propio gobierno, que un día antes aseguraba, a través de su director general de Asistencia Sanitaria, que la decisión estaba tomada y no se iba a dar marcha atrás.

Ayuso aseguró, refiriéndose a los SUAP que “todos serán abiertos nuevamente”. ¿Cuándo? Cuando sea posible, sin especificar fechas.

Este sábado, con un nuevo giro de guion, o como aclaración/matización de las declaraciones del pasado jueves, Ayuso ha dicho que le gustaría "mucho" mantener todos los  SUAPs abiertos, pero que hay "falta de médicos en toda España".

A día de hoy, por tanto, es difícil saber cuál será el futuro de las urgencias de atención primaria de Madrid. Según las “informaciones” del gobierno regional de las últimas semanas, podrían desaparecer, permaneciendo cerradas como están a día de hoy, o podrían reabrir 10 de las 37 que fueron, o serán reabiertas todas, algún día indeterminado, o quizá cuando haya suficientes médicos en España... 

Y A FALTA DE NUMEROS CREIBLES...

Nuestra presidenta ha aprovechado unas declaraciones realizadas este sábado, para combatir las cifras de pacientes en espera de atención médica y las imágenes de largas colas en las urgencias de los hospitales publicadas, con eslóganes publicitarios. Ha utilizado el comodín de acusar a “la izquierda” (que toma, dice, a la gente por idiota) de utilizar la Sanidad Pública de Madrid “para hacer campaña organizada contra la Comunidad de Madrid”.

La saturación de las urgencias hospitalarias y las dificultades para conseguir una cita médica deben ser parte de esa campaña que, asegura Ayuso, presenta una “imagen falsa de la Sanidad Pública de la Comunidad de Madrid, que es de las mejores del mundo”, “la más generosa de este país y la mejor”.

Ante estos argumentos, poco que decir.

QUIEN GANA EL JUEGO

Sin embargo, y aún a costa de parecer una de esas facciones ocupadas en desacreditar las virtudes de la sanidad pública madrileña, aportaremos unos escuetos datos, para quien quiera saber.

En 2022 Madrid es, por tercer año consecutivo, la comunidad autónoma que destina en sus presupuestos menos € por habitante y año. Los presupuestos sanitarios por debajo de la media de las comunidades autónomas es una constante en Madrid, sin embargo en los últimos años la diferencia se acentúa.

La Atención Primaria de la sanidad pública de Madrid tiene el menor presupuesto en porcentaje sobre el total de todas las Comunidades Autónomas (10,4 en el último aprobado). La Atención Primaria ha sido la más castigada por los recortes.

Madrid es la primera de las CCAA en cuanto a número de usuarios por profesional de enfermería y pediatra y la segunda en el caso de medicina de familia.

Todo esto y la creciente aportación presupuestaria anual a los conciertos y externalización de servicios sanitarios, lleva a la descapitalización del sistema público de salud de Madrid.

Así la sanidad pública cada vez se hace más inaccesible, con grandes demoras en las citaciones y consultas de especialidades, baja capacidad de resolución de la atención primaria, desatención de la atención comunitaria, y un aumento importante de las urgencias hospitalarias, como última alternativa para la ciudadanía cuando todos los escalones de la sanidad le fallan.

Un modelo diseñado presupuesto tras presupuesto para que la población abandone finalmente una sanidad pública cada vez más agonizante y acuda al sector de la sanidad privada, en este caso los únicos que ganan en este juego.

Desde UGT Madrid, seguimos exigiendo una sanidad pública de calidad y accesible para toda la población. Para ello es imprescindible dotar a la Sanidad Pública de la comunidad de Madrid de los recursos necesarios, reforzar la atención primaria como eslabón clave del sistema y restituir las urgencias de atención primaria al nivel, al menos, anterior a la pandemia.

Mientras tanto, la confusión y el despiste continúan. La salud de todas y todos está en juego, y somos el conjunto de la ciudadanía quienes finalmente, perdemos.