UGT visita en Navarra un proyecto piloto de depósito de envases y reclama un modelo adaptado a la realidad española
El sistema se implantará a nivel estatal en noviembre de 2026, y tiene como objetivos aumentar la recogida selectiva, reducir residuos abandonados y fomentar la economía circular
Fecha: 11 Ago 2025

UGT visita en Navarra un proyecto piloto de depósito de envases y reclama un modelo adaptado a la realidad española
El Área de Acción Climática y Transición Ecológica Justa de UGT, junto a UGT Navarra, han visitado este 7 de agosto en Sangüesa un proyecto piloto del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de Envases (SDDR), impulsado por el Gobierno de Navarra. Esta experiencia pionera, que se desarrolla desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto, anticipa la implantación estatal del sistema. Su puesta en marcha está prevista para noviembre de 2026, al no haberse cumplido los objetivos de recogida de envases incluidos en la Ley de Residuos.
El sistema consiste en vender latas, botellas de plástico y envases de bebidas de hasta tres litros con un depósito de diez céntimos, que se reembolsa al devolverlos en las máquinas habilitadas. El objetivo es aumentar la recogida selectiva, reducir residuos abandonados y fomentar la economía circular.
Resultados visibles en Sangüesa
La experiencia muestra impactos positivos claros: calles más limpias, papeleras menos llenas y una notable reducción de residuos en entornos urbanos y naturales. No obstante, también se han detectado retos que deberán abordarse, como:
- La necesidad de reforzar la concienciación ciudadana, especialmente en adolescentes y colectivos con menor acceso a la información.
- La presencia de personas recolectoras vinculadas a situaciones de pobreza o precariedad, que plantea un profundo debate social y laboral.
- La coexistencia necesaria con el contenedor amarillo, que seguirá siendo imprescindible para otros envases y para aquellos deteriorados o deformados que no son admitidos en las nuevas máquinas.
Un modelo propio para España
Para UGT, la implantación del SDDR en España debe partir de un análisis riguroso de las mejores experiencias internacionales, adaptando el sistema a nuestra realidad, cultura y costumbres. Su éxito dependerá de un diseño que integre de forma equilibrada las dimensiones ambiental, social y económica.
El SDDR es una herramienta eficaz para reducir residuos y generar empleo verde, pero solo será plenamente positivo si garantiza condiciones laborales dignas y asegura la participación activa de la ciudadanía mediante una red de devolución accesible y eficiente.
Por otro lado, la inclusión de envases reutilizables en el sistema no solo disminuiría de forma notable la generación de residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también impulsaría más empleo y reforzaría la economía circular.
En definitiva, el modelo español tiene que ser inclusivo, eficiente y socialmente justo. Debe traer consigo un empleo de calidad, infraestructuras de devolución adecuadas y una fuerte labor de sensibilización pública y de las administraciones sobre las implicaciones sociales del sistema