10 DE OCTUBRE DIA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL
Según la OMS, la salud es «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades», así pues, la salud mental es parte integral de la salud y el bienestar de las personas.
La salud mental de la población se halla especialmente condicionada por factores sociales y económicos. Situaciones como el desempleo y la precariedad laboral incrementan el riesgo de padecer problemas de salud mental. El estrés laboral, la violencia de género, las dificultades para conciliar la vida personal, familiar y laboral, la ausencia de tiempo de ocio, la falta o la pérdida de vínculos sociales y comunitarios, son otras causas o riesgos asociados a la proliferación de problemas de salud mental.
Por otro lado, la proliferación de discursos individualistas, la autoexigencia y la hiperresponsabilización individual llevan a un contexto de cansancio y malestar social que favorecen estas patologías, y más en estos tiempos convulsos donde la estabilidad en las vidas de toda la población mundial se ha visto afectada como consecuencia de la pandemia, la reciente guerra en Ucrania y el aumento en los costes de los servicios básicos.
Según la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria, en Madrid durante 2017, el 35,3% de la población tuvo algún problema de salud mental.
Este año 2022, la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) reivindica el bienestar y la salud mental de todas las personas como una prioridad global, si bien en esta ocasión se ha puesto el foco en la infancia, la adolescencia y la juventud, debido a las preocupantes cifras que desprenden los informes de organismos internacionales.
Según la OMS, en el mundo, uno de cada siete personas jóvenes de 10 a 19 años padece algún problema de salud mental. La depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en los y las adolescentes y el suicidio es la segunda causa de defunción entre los 15 y los 19 años.
La pandemia ha agravado problemas existentes, a los que no se prestó atención, y además ha sido desencadenante de nuevos problemas, provocando un aumento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental en menores y hasta un 59% en los comportamientos suicidas, comparado con los datos de 2019.
En Madrid han crecido las tasas de autolesiones, el riesgo de suicidio y los trastornos de conducta alimentaria, significativamente en la población vulnerable y especialmente entre los más jóvenes.
El número de suicidios en España ascendió según el INE a 3.941 en 2020, un 7,4% más que en 2019. De ellas, un total de 300 personas tenían entre 14 y 29 años.
Pero las cifras de suicidios solamente nos indican los casos en los que se llegó a consumar la tentativa de terminar con la propia vida. El Observatorio del Suicidio en España habla sobre algunos estudios epidemiológicos que han llegado a la conclusión de que la ideación suicida podría afectar a lo largo de la vida a “entre el 5% y el 10% de la población española”. Lo que significa que en un año podrían producirse alrededor de 80.000 intentos de suicidio en España.
Desde UGT Madrid, hacemos nuestras las prioridades que determina la Declaración Europea de Salud Mental, y reclamamos a las administraciones públicas, especialmente a la Comunidad de Madrid dentro de sus competencias:
- Implementar políticas y programas específicos para concienciar socialmente de la importancia del bienestar mental, rechazar colectivamente los estigmas, la discriminación y la desigualdad de las personas con problemas de salud mental. Las personas con problemas mentales suelen vivir situaciones de vulnerabilidad y es preciso evitar activamente que sean excluidas y marginadas de la sociedad.
- Atender como prioridad la Salud Mental en Colegios e Institutos. El hecho de no ocuparse de los problemas de salud mental de los y las adolescentes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida plena.
- Fortalecer un sistema de salud mental público integral, integrado y eficiente. Para ello hay que revertir los recortes en la Atención Primaria de la sanidad madrileña, volver a la presencialidad como modelo prioritario, cercano, personal y directo para detectar los problemas de salud mental. Reforzar las conexiones y facilitar los itinerarios de acceso a los servicios de Salud Mental entre los centros educativos, Servicios Sociales y Sanidad. Dotar al sistema del número de profesionales necesario en los diversos ámbitos: psiquiatría, psicología, neuropsicología, enfermería de salud mental, trabajo social, educación social, terapia ocupacional e integración social, claramente deficitario en la actualidad.
- Centros de Salud Mental suficientes, como centro neurálgico de la atención a la salud mental, con medios materiales y profesionales adecuados y capacidad de crecimiento para atender a la creciente demanda de servicios de la población. La atención temprana a los trastornos mentales en fase incipiente pueden evitar su agravamiento y la posterior necesidad de recursos hospitalarios en la mayor parte de los casos.
- Poner en marcha acciones y destinar recursos para paliar la desigualdad económica causante de problemas de salud mental, con especial atención a los colectivos más vulnerables; incorporar la perspectiva de género en el abordaje a la salud mental; realizar campañas de concienciación en salud mental dirigidas específicamente a población infanto-juvenil y dedicar los recursos necesarios a trabajar la prevención de problemas de salud mental entre las personas más jóvenes; aumentar la inversión pública para fomentar la atención comunitaria; facilitar la inserción laboral de las personas con problemas de salud mental.
En definitiva, desde UGT Madrid reclamamos priorizar la prevención en todos los ámbitos y estructuras, facilitar la detección precoz de los problemas mentales y establecer una red de apoyos y prestaciones que respondan a las necesidades de cada persona, en cada momento. Solo así será posible mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental y sus familias, garantizando una atención de calidad, centrada en las personas y sus derechos, inclusiva y normalizadora.